El presidente de mercados globales de Ford, Jim Farley, ha confirmado que fabricará su nuevo coche eléctrico en México en vez de en EEUU, una decisión que modifica los planes que anunció en enero de convertir su planta de montaje en Flat Rock (Michigan, EEUU) en su principal centro de producción de este tipo de autos ante las amenazas de Trump.

En su lugar, Ford convertirá la factoría cercana a Detroit en un centro de fabricación para futuros autos autónomos e incrementará su inversión en la planta hasta los 900 millones de dólares, desde los 700 millones de dólares  pensados en un principio.

Esta millonaria inversión traerá grandes beneficios la creación de 850 puestos de trabajo, frente a los 700 empleos que Ford contemplaba anteriormente.

Por otra parte, la marca tiene previsto crear la línea de montaje para coches eléctricos en su planta de Cuautitlán (México), donde se espera que la producción comience en 2020.

Una decisión con la que se enmienda, en cierto modo, el abandono de la inversión de 1.600 millones de dólares en la planta de San Luis Potosí (centro de México) anunciado por Ford este año, consecuencia de las presiones de Trump.

Con esta medida, la fábrica de Flat Rock tendría más espacio para funcionar como “centro de excelencia” de Ford para vehículos autónomos, ha apuntado Farley.

El anuncio llega mientras la Administración Trump trata de reformular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que podría encarecer las importaciones de vehículos fabricados en México.

Farley ha apuntado que es demasiado pronto para saber si el resultado de las negociaciones del tratado afectarán al plan, y tampoco ha querido ofrecer una estimación del beneficio o los ingresos de los coches autónomos que la compañía espera empezar a lanzar en 2021.